Sueño
El sueño reparador mejora nuestra salud cognitiva
Consejo elaborado por Rut Ruiz, redactora científica en AdSalutem instituto del sueño, entidad colaboradora del BBHI en el ámbito del sueño.
A pesar de la aparente pasividad, el sueño es un fenómeno activo y necesario para restaurar y reparar procesos que suceden cuando estamos despiertos. Cuando dormimos, se producen tareas de mantenimiento en la mayoría de los sistemas y funciones del organismo. Entre ellos, la regeneración celular; el equilibrio de procesos metabólicos e inmunológicos; la reparación del desgaste de tejidos como los músculos; las funciones endocrinas y reguladoras, como la producción hormonal, y el control de la temperatura.
En un reciente trabajo se encontró que es durante el sueño cuando se realizan las tareas de reparación del ADN dañado por la actividad diaria. Uno de los autores del estudio, Lior Appelbaum, explicaba el porqué: “Es más conveniente reparar las carreteras durante la noche, cuando hay menos tráfico”.
El sueño es necesario para la salud cerebral
Durante el sueño se producen, además, varios procesos neurológicos y cognitivos esenciales:- Acontecen tareas de limpieza de toxinas y proteínas como la beta-amiloide y Tau—implicadas en las demencias— a través del recientemente descubierto sistema glinfático. Un estudio de larga duración encontró una relación directa entre la privación de sueño y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
- Cuando dormimos, y especialmente durante la fase REM, se reorganiza la memoria y se consolidan los nuevos aprendizajes mediante un mecanismo de “poda sináptica” encargado de eliminar o fortalecer las conexiones entre neuronas.
- Funciones antiinflamatorias y antioxidantes.
- Activación de mecanismos neuroprotectores.
- Conocer el patrón y las necesidades de sueño en función de la edad, nuestra etapa vital (por ejemplo, en la menopausia), el estado de salud y el tipo de actividad que desarrollamos. Como regla general, se necesitan entre 7 y 9 horas de sueño en adultos, siendo necesario incrementarlas en periodos de convalecencia, en los cuales el cuerpo necesita más reparación.
- Recibir luz suficiente por la mañana, pero evitar la exposición de pantallas a partir del final de la tarde. La luz es un potente sincronizador del ciclo de sueño-vigilia y potencia la producción de melatonina, molécula encargada de señalizar el momento de reposo al resto de los órganos. Además, está implicada en otros procesos antioxidantes que mantienen un buen estado de salud. Cuando existe algún tipo de insomnio o algún trastorno del ritmo circadiano como el jet lag, se suele prescribir un complemento de melatonina.
- Tener horarios regulares tanto para el sueño como para las comidas. Esto ayudará a mantener el ritmo circadiano y, en consecuencia, nuestra salud.
- Hacer ejercicio ayuda a reducir el estrés, pero mejor realizarlo varias horas antes de acostarse para evitar activarse demasiado.
- Procurar que el espacio para dormir sea relajante y confortable.
- Levantarse de la cama si no conseguimos dormir o no tenemos sueño. Es recomendable hacer alguna otra actividad relajante hasta que aparezca la somnolencia.