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La investigadora del Institut Guttmann Selma Delgado-Gallén gana el Premio Juan Antonio Micó a la Mejor Tesis sobre Dolor


La investigadora del Institut Guttmann Selma Delgado-Gallén es una de las galardonadas en la I edición de los Premios Juan Antonio Micó a la Investigación sobre Dolor, convocados por la Sociedad Española del Dolor (SED) y la Fundación Grünenthal. El reconocimiento incluye una dotación económica de 1.500 euros y la asistencia al XX Congreso de la SED, que se celebrará en León del 29 al 31 de mayo de 2024.

Los galardones tienen el objetivo de contribuir al desarrollo científico y mejorar la calidad de vida de las personas que sufren dolor. Delgado-Gallén ha obtenido uno de los premios a la Mejor Tesis sobre Dolor en ciencias clínicas, por su trabajo Aspectos cognitivos, emocionales y neurobiológicos en la percepción del dolor crónico, dirigido por Dolors Soler, psicóloga del Institut Guttmann, y Gabriele Cattaneo, neuropsicólogo e investigador de la BBHI. La investigadora desarrolló su tesis, con la que obtuvo el Doctorado en Medicina, en el marco de la Barcelona Brain Health Initiative, un proyecto dirigido a conocer y entender cómo mantener la salud del cerebro a lo largo del tiempo.

La tesis de la Dra. Delgado-Gallén se centra en la percepción del dolor y en cómo esta percepción es altamente variable, influenciada por aspectos cognitivos y emocionales (como la atención o el catastrofismo) y biológicos (como el funcionamiento cerebral). Estos factores influyen en el impacto del dolor y pueden ser los responsables de una respuesta inadecuada a distintos tratamientos convencionales, como la medicación o la fisioterapia. La tesis, por tanto, explora cómo interactúan los mecanismos neurobiológicos subyacentes del dolor y cómo los aspectos emocionales y cognitivos desempeñan un papel en su percepción y cronicidad.


Factores de mejora de la conectividad funcional del cerebro

El trabajo se realizó con una muestra de participantes de la BBHI de entre 40 a 65 años, y demuestra que el dolor se relaciona con peor salud mental, capacidad cognitiva y calidad de vida, entre otros. En este sentido, las actividades estimulantes a nivel cognitivo, el ejercicio físico y la participación en eventos sociales pueden tener efectos positivos en la conectividad funcional del cerebro, lo que podría mejorar la calidad de vida y reducir aspectos como el catastrofismo en pacientes con dolor crónico.

El trabajo también concluye que el funcionamiento cerebral y los aspectos cognitivo-afectivos pueden ser estudiados y utilizados como marcadores pronósticos de la evolución del dolor a medio plazo. Por último, se destaca que la resiliencia y la reserva cognitiva, factores parcialmente modificables englobados en el término de salud cerebral, pueden jugar un papel importante en romper el ciclo del dolor crónico.