Nutrición

Reducir el consumo de sal ayuda a prevenir accidentes cerebrovasculares


La sal es la principal fuente de sodio de nuestra dieta. Además de la sal que utilizamos para cocinar o condimentar, son numerosos los alimentos procesados que compramos que contienen una cantidad elevada de sal. Casi el 80% de la sal que consumimos, estimada de media en 10 gramos al día, se encuentra en el pan, quesos, salsas, embutidos y comida precocinada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día y da algunos consejos para controlar y reducir la asunción de sal. Por ejemplo, tendríamos que leer siempre la etiqueta de los productos que compramos y escoger los que contienen menos sal; no poner siempre el salero a la mesa; evitar las salsas y limitar el uso de la sal a una quinta parte de una cucharilla cuando cocinamos.   Reducción del consumo La OMS, en colaboración con los gobiernos de diferentes países, se ha fijado como objetivo la reducción del consumo de sal en un 30% en el 2025. El consumo de sal está fuertemente relacionado con la tensión arterial y, en consecuencia, con riesgo de patologías cardíacas y accidentes cerebrovasculares en adultos, consideradas la principal causa de muerte prematura de nuestro siglo. Una reciente revisión de la literatura ha analizado varios estudios que han seguido un total de 177.025 participantes por periodos entre 3,5 y 19 años. Esta revisión ha encontrado evidencias por una asociación directa entre el consumo de sal y la incidencia de patologías vasculares. Concretamente este estudio concluye que un elevado consumo de sal está relacionado con un mayor riesgo de infarto cerebral del 23%.