Nutrición

La calabaza, un buen aporte de agua para tu cerebro


Consejo elaborado por Ametller Origen, entidad colaboradora del BBHI en el ámbito de la nutrición. Llega el frío y las calabazas empiezan a ganar protagonismo en los platos y las fiestas. La calabaza cultivada en el territorio nacional arranca su cultivo en septiembre y dura hasta abril aproximadamente. Ésta destaca por su gusto dulce y la dureza de su piel, que le aporta protección y ayuda a que se conserve más tiempo. Además, de esta hortaliza se puede aprovechar casi todo, sean las semillas, la pulpa o la misma flor y da pie a hacer múltiples recetas.

Cómo incorporarla a la dieta

La calabaza tiene un sabor muy versátil, combina tanto con elaboraciones dulces o saladas. Por ello se puede incorporar en los entrantes en forma de crema, brocheta de verduras o salteada en una ensalada, y a la vez se puede utilizar como salsa o guarnición de carnes y pescados. Además, contiene azúcares de forma natural que, si se añade a las recetas tradicionales de pasteles, magdalenas y cocas, les da un toque especial y así se reduce o se elimina la cantidad de azúcares que normalmente contienen estas elaboraciones.

Elección y conservación

De las calabazas de la variedad de invierno se tienen que escoger las más pesadas, puesto que tienen menos agua y la piel es más gruesa. Además, se tiene que mirar que la piel sea firme. La calabaza entera se tiene que conservar en un lugar fresco, muy ventilado y alejado de la luz. Una vez se ha cortado, rodearla con un film o introducirla en un recipiente cerrado y guardarla refrigerada.

Propiedades nutricionales

La calabaza tiene un 90% de agua y la parte restante es mayoritariamente hidratos de carbono, aportando mínimas cantidades de grasas y proteínas. Gracias a esta composición, es una hortaliza con bajo contenido calórico. Contiene pigmentos de betacarotenos de color rojo, anaranjado y amarillento, que son precursores de la vitamina A, es decir, en nuestros intestinos se convierten en vitamina A. A la vez, una vez cocida nos aporta vitamina A de forma directa que ayuda al mantenimiento de nuestra piel y la visión. De lo contrario contribuye a tener un óptimo estado del sistema inmunitario, perfecto para las épocas de frío.