Sueño

Enfermedad de Alzheimer y alteraciones del sueño: retos y consideraciones


La enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia, causa un deterioro progresivo e irreversible en la memoria, el pensamiento y otras funciones cognitivas. En las etapas avanzadas, los pacientes requieren cuidados continuos, lo que plantea importantes desafíos, también en relación con los trastornos del sueño. Estos problemas afectan a las personas cuidadoras y a los pacientes, creando un ciclo perjudicial que intensifica los síntomas de la enfermedad.

Impacto del Alzheimer en el sueño

Los trastornos del sueño en los pacientes con Alzheimer son más graves que en la población general. Las alteraciones incluyen sueño fragmentado, desajustes en el reloj biológico y la aparición de patologías específicas. Existe una relación bidireccional entre el Alzheimer y los trastornos del sueño, donde la falta de descanso agrava síntomas como la inquietud y los delirios. El sueño profundo y el REM, cruciales para la consolidación de la memoria, se ven significativamente reducidos en los pacientes con Alzheimer, lo que acelera el deterioro cognitivo.

Causas de las alteraciones del sueño

Las alteraciones en el ritmo circadiano, que regula los ciclos de sueño y vigilia, son comunes en los pacientes con Alzheimer. Estos cambios pueden causar insomnio nocturno y somnolencia diurna. Se atribuyen a daños cerebrales que afectan a las áreas responsables del sueño y a una producción desregulada de melatonina. Factores como la inactividad física y la falta de exposición a la luz natural también contribuyen a estos problemas.

Trastornos del sueño en pacientes con Alzheimer

Entre los trastornos del sueño más comunes en los pacientes con Alzheimer se encuentran:

  1. Apnea obstructiva del sueño (AOS): caracterizada por episodios de ronquidos fuertes y dificultades respiratorias, la AOS afecta hasta a la mitad de los pacientes con Alzheimer, empeorando el deterioro cognitivo. El tratamiento con presión positiva continua (CPAP) ha demostrado mejorar la función cognitiva en estos casos.
  2. Síndrome de piernas inquietas (SPI): genera sensaciones incómodas en las piernas, interrumpiendo el sueño. Es más común en pacientes con Alzheimer y su tratamiento puede mejorar la calidad del sueño.
  3. Trastornos del estado de ánimo: la depresión y la ansiedad, frecuentes en pacientes con Alzheimer, agravan los problemas de sueño. Estos trastornos generan comportamientos que dificultan el descanso, como el aislamiento y la irritabilidad. Tratamientos como la terapia cognitivo-conductual y el ejercicio físico pueden mejorar tanto el estado de ánimo como la calidad del sueño.
  4. Atardecer (sundowning): este fenómeno se caracteriza por un aumento de la confusión y la ansiedad al final del día, lo que puede interferir con el sueño. Se cree que está relacionado con alteraciones en el ritmo circadiano y la fatiga acumulada.

Gestión de los problemas de sueño

Mejorar el sueño en pacientes con Alzheimer puede aliviar tanto los síntomas físicos como los cognitivos. La clave está en tratar los trastornos subyacentes y aplicar buenas prácticas de higiene del sueño. Estas incluyen:

  • Equilibrar la rutina diaria: incorporar actividades estimulantes durante el día y actividades calmadas por la noche.
  • Establecer un horario de sueño: mantener un horario regular para acostarse y levantarse ayuda a regular el ritmo circadiano.
  • Limitar las siestas: evitar las siestas excesivas para prevenir problemas al conciliar el sueño por la noche.
  • Aumentar la exposición a la luz natural: pasar tiempo al aire libre o utilizar dispositivos de fototerapia puede ayudar a regular los ciclos de sueño.
  • Fomentar la actividad física: el ejercicio regular no solo promueve la salud general, sino que también mejora la calidad del sueño.
  • Controlar la medicación: algunos medicamentos pueden interferir con el sueño, por lo que es importante ajustar su administración según las indicaciones médicas.

Uso de ayudas para dormir y apoyo a los cuidadores

Aunque algunos enfermos de Alzheimer pueden beneficiarse del uso de medicación psicotrópica, esta debe administrarse con precaución debido a los riesgos asociados, como caídas, mayor confusión y empeoramiento de la memoria. Los suplementos de melatonina han mostrado resultados mixtos, con beneficios modestos en algunos casos, pero también pueden exacerbar síntomas como el retraimiento social.

El papel de los cuidadores es fundamental en la gestión de los trastornos del sueño en pacientes con Alzheimer. Sin embargo, el cuidado continuo puede ser agotador. Es importante que los cuidadores practiquen una buena higiene del sueño y busquen apoyo en recursos comunitarios, como grupos de apoyo, supervisión y servicios de relevo, para mantener su bienestar físico y emocional.

Referencias: