El bienestar psicológico está estrechamente relacionado con una mejor salud emocional y en general una salud cerebral. En este estado de bienestar la persona se siente bien, puede desarrollar sus capacidades, afrontar las situaciones cotidianas de estrés, tener relaciones satisfactorias o trabajar de forma eficiente.
Las emociones negativas como la tristeza o la preocupación mantenidas durante muchos tiempo, además de afectar a nuestro sistema inmunitario pueden afectar al buen funcionamiento del cerebro y provocar la liberación de hormonas, afectando una región del cerebro que controla funciones cognitivas como la memoria o la atención espacial, entre otros.
Para estar motivado, tener energía, seguridad, autoconfianza, tranquilidad y autocontrol, se recomienda diseñar y seguir un plan vital (que puede ir variando a lo largo del tiempo). El primer paso es identificar cuáles son los objetivos realmente importantes que nos permitirán alcanzar metas importantes en la vida.
Siendo consciente de ello es importante vivir de acuerdo con nuestras convicciones y propósitos y perseguir nuestros objetivos de acuerdo con nuestras capacidades y nuestras limitaciones.
Recomendaciones del plan vital:
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