Consejo elaborado por Rut Ruiz, redactora científica en AdSalutem instituto del sueño, entidad colaboradora del BBHI en el ámbito del sueño.
A pesar de la aparente pasividad, el sueño es un fenómeno activo y necesario para restaurar y reparar procesos que suceden cuando estamos despiertos. Cuando dormimos, se producen tareas de mantenimiento en la mayoría de los sistemas y funciones del organismo. Entre ellos, la regeneración celular; el equilibrio de procesos metabólicos e inmunológicos; la reparación del desgaste de tejidos como los músculos; las funciones endocrinas y reguladoras, como la producción hormonal, y el control de la temperatura.
En un reciente trabajo se encontró que es durante el sueño cuando se realizan las tareas de reparación del ADN dañado por la actividad diaria. Uno de los autores del estudio, Lior Appelbaum, explicaba el porqué: “Es más conveniente reparar las carreteras durante la noche, cuando hay menos tráfico”.
Durante el sueño se producen, además, varios procesos neurológicos y cognitivos esenciales:
El papel de los hábitos de vida saludable
Un sueño de calidad depende, a su vez, de un correcto estilo de vida saludable que permita la sincronización del ritmo circadiano y el ciclo de sueño-vigilia. Por esa razón, este conocimiento científico ha desembocado en el desarrollo de investigaciones como el BBHI, centradas en los hábitos de vida saludable—dieta equilibrada, no fumar ni beber, ejercicio, sueño de calidad y salud mental— y su capacidad para prevenir enfermedades como la demencia. Una investigación concluyó que la capacidad preventiva al adoptar hábitos de vida saludable es independiente de los factores genéticos.
Otros estudios sugieren un efecto sinérgico entre ellos: cuantos más hábitos de vida saludable adoptemos, más beneficios y capacidad de prevención sobre el deterioro cognitivo conseguiremos.
El sueño como intervención terapéutica
La promoción de un sueño de calidad en personas con demencia también es una intervención terapéutica innovadora y prometedora para ralentizar y tratar el deterioro cognitivo. Especialmente, se muestran muy efectivas las intervenciones combinadas con ejercicio o las terapias de luz para regular el ciclo de sueño-vigilia.
Los trastornos de sueño son comunes en las personas con deterioro cognitivo, y en muchas ocasiones son un síntoma precoz que se sugiere como factor de riesgo de la enfermedad. Un metaanálisis sobre el papel terapéutico del sueño en personas con Alzheimer señala que diagnosticar y tratar los trastornos del sueño asociados, como el insomnio, la apnea obstructiva o el síndrome de piernas inquietas, participa en la mejora de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. En este sentido, los autores enfatizan la importancia de hacer cribados para la apnea en ensayos clínicos para estos pacientes.
Cómo mejorar nuestra salud a través del sueño reparador
Es importante señalar que el “sueño reparador” depende tanto de la cantidad del sueño como de la calidad.
Se conocen una serie de pautas para ayudar a tener un mejor sueño. Algunas consideraciones más:
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